Cambiar la percepción.
“El dolor es inevitable y el sufrimiento es opcional”, es una frase que he escuchado y he leído en múltiples ocasiones, y si bien, la comprendo y la comparto, cómo le explicas a un otr@, que puede dejar de sufrir? o que no es necesario sufrir?
Tenemos la creencia de que “esto es lo que nos tocó vivir” y nos conformamos o resignamos a la vida que tenemos, y cada vez que queremos salir de ahí, o queremos cambiar, hay algo que nos detiene; excusas son muchas y de diversa índole; nuestra mente divaga, mostrándonos mil escenarios de todo lo mal que puede salir, si es que pensamos en algún cambio y, por lo tanto, nos decimos, “aquí estamos mejor”.
Otras veces, podemos escudarnos en que la otra persona tiene que cambiar para que yo pueda mejorar mi situación actual, o bien, es la otra persona la que me hace sufrir, pero a pesar de eso, me mantengo ahí, culpando al otro de lo que estamos viviendo.
También, en otras ocasiones, pensamos que las cosas o personas tienen que ser de una manera y cuando no lo son, viene la frustración y el sufrimiento.
La vida es evolución, es cambio, es aprendizaje, es crecimiento, y para ello, una parte de nosotr@s tiene que morir para que nazca otra…este proceso es sistemático, siempre está presente y lo podemos vivir desde el conocimiento de cómo funciona este universo, de cuáles son sus leyes, o lo podemos vivir, desde el dolor, el malestar, la enfermedad, el sufrimiento.
Uno de los aspectos más importantes para dejar de sufrir, es cambiar la percepción de las situaciones, mirarlas desde otro punto de vista; no se trata de ignorarlas o rechazarlas, porque si están ahí, es por algo y no se irán hasta que seamos capaces de enfrentarla.
Este cambio de mirada, o de perspectiva, implica tomar responsabilidad. Consciente o inconscientemente, tomamos decisiones que nos llevaron a la situación que estamos viviendo hoy. Nuestro mundo, nuestro “metro cuadrado” es la suma de todas las acciones que hicimos o, de las que no hicimos: me quedé callad@ cuando tendría que haber hablado, dije que sí cuando, en realidad, quería decir que no. Me levanté cinco minutos tarde y llegué atrasado al trabajo, por ejemplo.
Lo anterior, implica expandir mis propios límites, aumentar la consciencia, dejar atrás las creencias que me restringen, cultivar el amor propio, pero, por sobre todo, es tomar la decisión de querer cambiar, de querer mejorar tu vida, de salir de todos aquellos aspectos que te hacen sentir esclav@s, de sentir que no puedes….SÍ se puede!!, pero, como les digo a quienes guío y acompaño en su proceso de transformación, es un paso a paso, es reeducar la mente, las emociones y hacer acciones concretas en pro del cambio.
El dolor es parte de nuestra vida, nuestro cuerpo está preparado fisiológicamente, para que tengamos esa sensación de dolor…pero el sufrimiento se perpetúa por mis pensamientos y ellos, generan las emociones asociadas (tristeza, rabia, miedo) y eso hace que nuestras acciones vayan entorno a eso.
Por ley de afinidad de forma, la felicidad atrae más felicidad, el sufrimiento atrae más sufrimiento.
¡Tú decides!